¿Cómo pueden vivir la música personas sordas? Se trata de ‘Sencity’, una pista que vibra. Los DJs usan aromas y bailarines que remarcan sus gestos. Así pueden disfrutar de la fiesta personas que oyen y las que perdieron la capacidad auditiva.
“¡Hola Berlín! ¡Aquí esta ACE, el ‘director del circo’, totalmente sordo! ¡Aplausos para el ‘director del circo’!, arengó a los presentes de una discoteca en Berlín Denise Ilktac, quién estuvo parada sobre una tarima. Ella se ocupa de la parte sonora de la animación. A su lado el ‘director del circo’, Ace, alias Seyed Ali Mahbaz, se comunica en lenguaje para sordos e hipoacústicos. Con rápidos gestos y mucha mímica saluda a los presentes y les aclara lo que les espera durante esa noche.
El DJ Alexkid, de Francia, fue el primero en actuar. El bajo resuena en las bocinas. Tres grandes pantallas muestran animaciones y videos. A un costado dos ventiladores gigantescos echan a volar una nube de aromas que varían según convenga con la música. Justo ahora el aroma-DJ se ha decido por la menta. Los primeros se atreven a subir a la pista de 20 metros cuadrados, que no es una pista cualquiera, sino una que traduce el sonido de la música en vibraciones.
De estreno, el “aroma-DJ”
Para el DJ esta fiesta es una experiencia nueva: “yo no sólo estoy aquí para poner música en el plato, sino para que otros reaccionen frente lo que hago. Es un gran reto”, dice Alexkid. Pero para muchas de las personas sordas presentes en esta noche de discoteca también todo es nuevo: “las vibraciones pueden sentirse muy claramente en la pista. Esto es maravilloso para bailar”, manifiesta Thomas Gruber.
También otros sentidos se ven involucrados. En la sala que antecede al salón de baile ya se ha formado una pequeña fila frente a la mesa de masajes. También las dos peluqueras a su lado tienen trabajo de sobra. En joven con una canasta colgada al frente reparte piruletas y palomitas de maíz.
Rapero sordo finés: estrella de la noche
Detrás del escenario aguardan el rapero sordo finés, Signmark y su tropa. Signmark, alias Marko Vourieheimo rima con su cuerpo. Acaba de regresar de una actuación en Los Angeles. El joven de 32 años tiene incluso un contrato con una de las grandes disqueras internacionales. Su mensaje para otros sordos: no se dejen frenar. “Cuando era joven todos mis maestros y amigos me decían: tú eres sordo, no puedes hacer música. ¡Y ahora doy un concierto en Berlín!”
No hay comentarios:
Publicar un comentario